No existe una causa unívoca de los trastornos generalizados
en el cuadro de disfasia, si bien se habla de posibles aspectos relacionales y
ambientales, factores constitucionales de base (daño cerebral), posible origen
genético…
Síntomas de la
disfasia
Desde siempre ha sido muy difícil llegar a un modelo claro que
describa los distintos síntomas en alteraciones graves del desarrollo del
lenguaje. Esto se debe a que se producen a lo largo del proceso evolutivo y van
cambiando de aspecto a lo largo de los años; además, dependen del nivel de las
aptitudes del niño, así como de la calidad de las interacciones familiares.
Por eso, se han sugerido diferentes intentos de
clasificación para permitir una descripción de síntomas más precisa. Por
ejemplo, podemos distinguir niños que hablan mucho con ideas pertinentes, niños
que hablan mucho pero que tienen dificultades para adaptarse al contexto, niños
que hablan poco pero con información pertinente y, finalmente, niños que hablan
poco y cuyo lenguaje es poco operativo.
También se han propuesto varias características descriptivas
que se pueden aplicar al lenguaje del niño, independientes de la posible causa
que origina las dificultades lingüísticas:
No entender el lenguaje aunque sí puede comunicarse con
gestos naturales, siendo su expresión nula o casi nula, incluso en repetición.
Presentar grandes dificultades en la organización
articulatoria de sonidos y palabras; sus enunciados se limitan a una o dos
palabras, de difícil inteligibilidad, sin mejorar en repetición. En su límite
extremo, el niño puede llegar a ser mudo.
Puede existir cierta facilidad de producción, pero con muy
poca claridad e inteligibilidad. Hay una mejoría notable de la calidad de
articulación de sonidos en repetición de sílabas o palabras cortas.
La comprensión es mejor que la expresión, aunque existen
dificultades para entender cuando el enunciado es largo, incluye estructuras
complejas, es ambiguo, está descontextualizado o se emite con rapidez. Además,
en expresión, hay dificultades al articular los sonidos, fluidez, aprendizaje y
uso de nexos.
Hay grandes problemas de articulación de palabras, siendo la
comprensión de las mismas normal o casi normal (no así la de frases). Hay
muchas muletillas, interrupciones, equivocaciones…, así como dificultades para
mantener el orden secuencial de la oración.
Se puede presentar un desarrollo inicial del lenguaje dentro
de los límites más o menos normales y no presentar problemas de habla, o sólo
ligeras dificultades. Sus oraciones también están bien estructuradas. No
obstante, presentan dificultades en la comprensión, destacando la falta de
adaptación de su lenguaje al entorno (la coherencia del tema del que se habla
es inestable, pueden existir repeticiones de palabras e incluso de oraciones…)
Estos aspectos no son
una clasificación típica de la disfasia, sino posibles formas que pueden
presentar las alteraciones graves del desarrollo del lenguaje.
En lo referido a los síntomas que no son lingüísticos, hay
que señalar que algunos casos de disfasia se sitúan dentro de un cuadro de
deficiencia mental, aunque su importancia no permite justificar la ausencia del
lenguaje o las tremendas dificultades de aprendizaje del mismo.
Se observan con frecuencia problemas o alteraciones en la
discriminación de sonidos, en la memoria, en la atención, en las actividades de
motricidad fina (realizar trazos con un lápiz en caminos, colorear dibujos,
abrochar botones…), alteraciones en el esquema corporal y dominancia lateral
(diestro o zurdo) y en la percepción viso espacial; las alteraciones de
conducta social y reacciones emocionales parecen depender más del entorno que
de los síntomas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario