miércoles, 12 de septiembre de 2012

Causas de la disfasia


No existe una causa unívoca de los trastornos generalizados en el cuadro de disfasia, si bien se habla de posibles aspectos relacionales y ambientales, factores constitucionales de base (daño cerebral), posible origen genético…

Síntomas de la disfasia
 Desde siempre ha sido muy difícil llegar a un modelo claro que describa los distintos síntomas en alteraciones graves del desarrollo del lenguaje. Esto se debe a que se producen a lo largo del proceso evolutivo y van cambiando de aspecto a lo largo de los años; además, dependen del nivel de las aptitudes del niño, así como de la calidad de las interacciones familiares.
Por eso, se han sugerido diferentes intentos de clasificación para permitir una descripción de síntomas más precisa. Por ejemplo, podemos distinguir niños que hablan mucho con ideas pertinentes, niños que hablan mucho pero que tienen dificultades para adaptarse al contexto, niños que hablan poco pero con información pertinente y, finalmente, niños que hablan poco y cuyo lenguaje es poco operativo.

También se han propuesto varias características descriptivas que se pueden aplicar al lenguaje del niño, independientes de la posible causa que origina las dificultades lingüísticas:
No entender el lenguaje aunque sí puede comunicarse con gestos naturales, siendo su expresión nula o casi nula, incluso en repetición.
Presentar grandes dificultades en la organización articulatoria de sonidos y palabras; sus enunciados se limitan a una o dos palabras, de difícil inteligibilidad, sin mejorar en repetición. En su límite extremo, el niño puede llegar a ser mudo.
Puede existir cierta facilidad de producción, pero con muy poca claridad e inteligibilidad. Hay una mejoría notable de la calidad de articulación de sonidos en repetición de sílabas o palabras cortas.
La comprensión es mejor que la expresión, aunque existen dificultades para entender cuando el enunciado es largo, incluye estructuras complejas, es ambiguo, está descontextualizado o se emite con rapidez. Además, en expresión, hay dificultades al articular los sonidos, fluidez, aprendizaje y uso de nexos.
Hay grandes problemas de articulación de palabras, siendo la comprensión de las mismas normal o casi normal (no así la de frases). Hay muchas muletillas, interrupciones, equivocaciones…, así como dificultades para mantener el orden secuencial de la oración.
Se puede presentar un desarrollo inicial del lenguaje dentro de los límites más o menos normales y no presentar problemas de habla, o sólo ligeras dificultades. Sus oraciones también están bien estructuradas. No obstante, presentan dificultades en la comprensión, destacando la falta de adaptación de su lenguaje al entorno (la coherencia del tema del que se habla es inestable, pueden existir repeticiones de palabras e incluso de oraciones…)
Estos aspectos no son una clasificación típica de la disfasia, sino posibles formas que pueden presentar las alteraciones graves del desarrollo del lenguaje.
En lo referido a los síntomas que no son lingüísticos, hay que señalar que algunos casos de disfasia se sitúan dentro de un cuadro de deficiencia mental, aunque su importancia no permite justificar la ausencia del lenguaje o las tremendas dificultades de aprendizaje del mismo.
Se observan con frecuencia problemas o alteraciones en la discriminación de sonidos, en la memoria, en la atención, en las actividades de motricidad fina (realizar trazos con un lápiz en caminos, colorear dibujos, abrochar botones…), alteraciones en el esquema corporal y dominancia lateral (diestro o zurdo) y en la percepción viso espacial; las alteraciones de conducta social y reacciones emocionales parecen depender más del entorno que de los síntomas.




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